A Isidoro Hernández
Desde sus montes elevados y la espesa neblina
tierra madre; de los valientes y capaces
la voz de tu fuego; siempre encendida
alimenta la fuerza que ha en la vida
Al arder, roja gigantesca, peligrosa,
victoriosa y justa
la llamarada de tu deseo, nos invita
a recorrer el largo sendero de cenizas
que muy atrás has dejado.
Energía que arde fortalece, un cambio necesario
como al acercar una gris y granulada pólvora…
a la voz de tu fuego….
el humo encandila cargando el mirar continuo
despertando de aquel ensueño estafador.
Si vieras como están hoy los caminos
con tristes “ barricadas rosas”, que se esfuman
perdiendo el sentimiento verdadero
por la estrella roja
que en la Voz de tu fuego… llevas…
Fecha: 21/11/97
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